La pasada semana quedó controlado el incendio que arrasó un total de 1.715 hectáreas en la zona de La Vall d’Ebro al norte de Alicante. Una vez sofocado el fuego se plantea la reforestación de la zona para la que seguramente se requiera el uso de retroañaras. Lamentablemente el incendio es el más devastador en lo que llevamos de año en nuestro país por lo que las distintas reforestaciones de la zona no se harán esperar. Según el Centro de Coordinación de Emergencias, el origen del fuego se debe a una quema de rastrojos en una zona de pendiente conocida como la Solana del Garrofar. Esta quema de rastrojos estaba prohibida al decretarse el nivel 3 de riesgo de incendios, debido a las condiciones climatológicas del momento en el que se produjo.
El día del incendio hacía calor, la temperatura era de 40º y el aire de poniente era muy seco. El excesivo calor unido al viento provocó que el fuego se extendiera en diversos focos, algo que unido a la compleja orografía del terreno ha dificultado la extinción del fuego. Se ha requerido la presencia de 300 efectivos para poder sofocar las llamas que obligaron a desalojar algunas viviendas por precaución. Además se ha contado con un total de 14 medios aéreos han estado acompañando a los efectivos terrestres, helicópteros, un avión Air Tractor y varias brigadas helitransportadas hicieron posible que el fuego fuera controlado sin que éste afectase a las viviendas aledañas.
Precisamente debido a las características del terreno va a ser necesario el uso de retroarañas en las labores de reforestación. No es raro ver a una retroaraña trabajando en reforestaciones de terrenos orográficamente complejos, esto se debe a la capacidad que tienen este tipo de máquinas para adaptarse al medio respetando al máximo el entorno por el que se mueven.