Ahora es el coronavirus. Antes, fueron otras enfermedades.

Nanqui Soto ha escrito un artículo para Greenpeace en el que desarrolla la siguiente idea: «menos bosques, más enfermedades».

A lo largo de la historia de la humanidad han surgido distintos brotes de enfermedades que han puesto en peligro a la raza humana: el sida, la gripe A, el ébola o, ahora, el coronavirus.

Aunque el origen de estos brotes es diverso, Soto afirma que hay un factor que está influyendo indudablemente en el aumento del riesgo de transmisión: el deterioro ambiental y la pérdida de bosques.

coronavirus greenpeace

¿De qué manera nos afecta la pérdida de bosques?

Debido a la tala y deforestación, especialmente de bosques tropicales como el Amazonas y el Congo, cada vez es más fácil para los humanos entrar en contacto con fauna silvestre portadora de enfermedades con las que, hasta ahora, no habíamos tenido contacto. Se denominan enfermedades zoonóticas (que proceden de los animales).

Se ha descubierto que en los últimos 50 años han aumentado las enfermedades emergentes. Y se relaciona este hecho con la invasión humana del hábitat, especialmente en las regiones tropicales. Esto ha permitido explicar enfermedades como el virus Zika, Nipah y el ébola.

Desde el año 2000 hemos perdido un 9% de la cubierta arbórea mundial

Concretamente, 361 millones de hectáreas, según la organización Global Forest Watch. Nanqui Soto, en su artículo para Greenpeace, enumera las principales causas:

 

Podemos hacer algo: prevención medioambiental

Así pues, queda patente que es posible mitigar el impacto negativo de estas crisis mediante la prevención. Del mismo modo que necesitamos un buen sistema sanitario público, alega Soto que debemos poner en marcha políticas preventivas medioambientales con una buena gestión de los bosques.